domingo, 12 de noviembre de 2017

Religiosidad popular cuestionada

¡ FÁTIMA  NUNCA  MÁS !  Mário  de  Oliveira

Este texto es un extracto del libro del mismo título que fue publicado en Portugal en abril de 1999
por la Editora Campo das letras (campo.letras@mail.telepac.pt) y consiguió 8 ediciones en 12 meses.
Sus argumentaciones se comprenden mejor desde la lectura completa de la obra.
El libro puede ser solicitado a: Jornal Fraternizar (fraternizar@mail.telepac.pt)

I. DIOSES CONTRA DIOS
En Fátima, como en cualquier otro Santuario o templo, no basta con invocar a Dios, para concluir que estamos frente a una manifestación de fe. Por lo menos de fe cristiana. Cuando mucho, estamos ante una manifestación religiosa, lo que no es lo mismo. De hecho el cristianismo, en sus inicios, ni siquiera quiso aparecer como una religión. Los textos fundantes del Nuevo Testamento, no nos hablan de una nueva religión, sino de una vía o de un camino. Vía o camino que nos ha de llevar, más que a Dios, al encuentro del otro, de los otros, al encuentro de aquellos que no son de nuestra misma "carne y sangre", y hasta al encuentro de aquellos a los cuales tenemos como enemigos. Para que entre nosotros y ellos, entre todos y entre todas, se establezca progresivamente, una relación de fraternidad. Pues solamente cuando esta relación de fraternidad es efectiva, es cuando Dios es honrado y venerado, y la fe cristiana se convierte en un acontecimiento verdadero. "No todo el que me diga 'Señor, Señor' entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial" (Mt, 7,21). El Evangelio es así. No admite fugas, que quizás se presenten como muy religiosas, pero que también son muy alienantes, muy deshumanizadoras y muy poco fraternas.
En Fátima, como en cualquier otro santuario o templo, es necesario interrogarnos con humildad pero sin descanso, si es Dios el que está siendo invocado y venerado. ¿Cuál Dios es el que atrae y convoca a las personas allí reunidas? Porque, al contrario de lo que realmente se piensa, no hay un único Dios. Siempre hubo a través de los tiempos, muchos dioses. Y la dificultad en poder discernir, entre tantos dioses, cuál es el verdadero, cuál es aquel que progresivamente nos humaniza y nos fraterniza (aquel que es buena noticia para los seres humanos), siempre fue muy grande. Hoy parece que esta dificultad es aún mayor que en el pasado. Porque los dioses son muchos, y cada vez se presentan más atrayentes y seductores.
Sabemos que Caín, por ejemplo, en los albores de la humanidad -la primera carta de Juan lo recuerda en los albores del cristianismo- según reza el mito bíblico del Génesis 4, 1-16, también invocaba a Dios, cumplía con todos los ritos religiosos, practicaba regularmente la liturgia de su época. Pero sin embargo, todo esto no le impidió, con la mayor de las calmas y con la más tranquila conciencia, matar a su hermano Abel. El dios al cual él invocaba y veneraba y al que ofrecía generosamente las primicias de su cosecha, no era incompatible con el acto fratricida. Por el contrario, él mismo se lo habría sugerido e inspirado, en algún momento del culto.
Está narración no fue escrita con el fin de entretenernos, sino para edificarnos. Para que estemos alertas, para ayudarnos a discernir. Para que revelarnos que no alcanza con admitir la existencia de Dios, ser deísta, ser religioso, frecuentar actos de culto a determinadas horas y en locales considerados sagrados, para que seamos automáticamente varones y mujeres humanos, humanizados, fraternos, en una palabra: cristianos. Podemos hacer todo eso y mucho más, como por ejemplo: contribuir con holgadas ofrendas para la construcción de templos y de santuarios, hacer difíciles y dolorosas promesas, y cumplirlas escrupulosamente, tener hasta una buena relación con los sacerdotes de las múltiples religiones que entre nosotros existen y, al mismo tiempo, alimentar sentimientos de odio y de venganza, de celos y de muerte contra el otro, y contra los otros. Y lo que es aún peor, podemos hasta pasar de los sentimientos a los hechos, y matar al otro, a “los enemigos”, a los que no piensan como nosotros, los que no son de nuestra religión, los que no aceptan “jugar nuestro juego”... Y todo esto, sin la necesidad de inquietar nuestra conciencia; al contrario, con todo el sentimiento del deber cumplido, con la calma de quien piensa que es así como se es verdaderamente una persona religiosa.
Escribir y decir estas cosas, puede ser eventualmente impactante para mucha personas, sean éstas creyentes en dios, o ateas. Pero no debería serlo, por lo menos, para los cristianos y las cristianas y sus respectivas iglesias. El cristianismo, que en sus inicios, nunca quiso ser una religión más, entre las múltiples existentes en el imperio romano, sino un camino hacia al encuentro del otro, de los otros, incluso de aquellos que una cierta educación cívica y religiosa los define como enemigos nuestros, para que con todos y con todas hagamos juntos el descubrimiento y la experiencia de la fraternidad y de la comunión cada vez mayor, el cristianismo nació, como se sabe, de la revelación definitiva y más radicalmente liberadora de la humanidad, y también de la revelación más humanizante y fraternizadora.
Jesús de Nazaret, reconocido y proclamado por los primeros adherentes y seguidores como el Cristo, lo fue por fuerza de la resurrección que inesperadamente para ellos sucedió. Él había sido, hasta la resurrección, el más odiado de los hombres; condenado a muerte como blasfemo y subversivo y ejecutado en la cruz. Ahora bien, quien está por detrás del crimen mayor de la historia de la humanidad, quienes conducen el proceso hasta su consumación, son hombres religiosos, profundamente creyentes en Dios, puestos al frente de la institución religiosa más sagrada. Y cuando los príncipes de los sacerdotes y el sanedrín procedieron, junto a los teólogos del templo, lo hicieron con la convicción de que, de esa manera daban gloria a Dios, al Dios que rendían culto y adoraban en el grandioso templo de Jerusalén. Tal es así, que después de cometer tan horrendo crimen, continuaron, con sus conciencias tranquilas, frecuentando el templo y promoviendo el culto en honor a su Dios, en los días y a las horas exactas.
¿Pero qué paso con Jesús de Nazaret, llamado el Cristo? Se convirtió, por lo menos para los cristianos y las cristianas, y para sus respectivas iglesias, en el acontecimiento más revelador de la Historia, la Luz que ilumina a todo ser humano que nace en este mundo. Es el nuevo y definitivo Big-Bang de la creación de la humanidad y del mundo nuevo. Lo nuevo y definitivo comenzó. En Él y con Él la Humanidad nació de nuevo, nació definitivamente fraterna y solidaria.
Sabemos por esto, y de manera definitiva a partir de Jesús crucificado a quien el Padre resucitó, que de hecho, Dios nunca fue una realidad unívoca. Hay muchos dioses. Está Dios y están los dioses. Y hay una lucha de los dioses contra Dios.
-          Hay dioses altamente peligrosos, asesinos y opresores, que no se sienten bien sin víctimas inocentes, cuya sangre reclaman insaciablemente. Dioses sádicos que devoran a sus adoradores esclavizándolos y degradándolos. En una palabra dioses que hacen que las personas se deshumanicen y que lleguen incluso a matar. Así es como ellos son, y como hacen que sean sus adoradores, que suelen ser muy religiosos, como Caín, pero también asesinos como él. Suelen ser a imagen y semejanza de los dioses que invocan y rinden culto.
-          Y está el Dios de las víctimas, él mismo víctima de los dioses todo poderosos y asesinos, El que resucitó a Jesús de entre los muertos; éste es el Dios de Jesús y el Dios de los hombres y de las mujeres que prosiguen su Causa (cristianos, cristianas, y todas las personas de buena voluntad), el Dios vivo que vive y que hace vivir. El Dios que no quiere otro culto que no sea la promoción de la vida, y la vida en abundancia para todos, El Dios que no sólo no quiere víctimas ni genera víctimas, sino que además trabaja siempre para bajarlas de la cruz. El Dios que se manifiesta en el mirar y en el cuerpo de las víctimas de la historia, a partir de las cuales lanza la pregunta más perturbadora y desafiante, también la pregunta que potencialmente genera más fraternidad, dirigida a todos los que lo invocan como lo hizo Caín, pero que al mismo tiempo matan a sus hermanos: “¿Dónde está tu hermano?”, ¿qué hiciste con tu hermano?, o esta actualización de la misma pregunta: “¿Por qué me persigues?” (Hch 9,4).

II. DEL DIOS DE FÁTIMA, LÍBRANOS, SEÑOR
Dos niños que mueren y una tercera que sobrevive pero es separada de su tierra e impedida para siempre de llevar una vida como las de otras personas (primero, la internaron, secretamente, en el Asilo de Vilar, en Oporto y, después, la mandaron a España y la convirtieron en una monja enclaustrada para el resto de su vida, situación que, luego de 76 años de los acontecimientos de 1917, ¡aún continúa!), he ahí el principal balance de las llamadas "apariciones de Fátima". Probablemente, nunca nadie en la Iglesia Católica se atrevió a mirar las apariciones desde este ángulo.
Que no piense nadie que escribimos esto para unirnos a los llamados “enemigos” de Fátima. Lo que nos mueve es la fidelidad al Evangelio y al Dios de Jesús, a quien María de Nazaret cantó mejor que nadie como libertador y salvador de la humanidad, particularmente, de los pobres y excluidos. La lectura que hicimos del libro más importante sobre Fátima, Memorias de la hermana Lucía, nos obliga a ello. Porque el Dios que allí se anuncia y revela no tiene nada que ver con el Dios revelado en Jesús de Nazaret. Se relaciona más bien con un Dios sanguinario, que se complace en el sufrimiento de inocentes, un Dios creador de infiernos para castigar a quienes dejan de ir a misa los domingos, o dicen palabras desagradables, un Dios incluso peor que algunas de sus criaturas.
A los lectores y lectoras les pedimos que, en vez de escandalizarse, traten de leer también el libro de la Hermana Lucía. Porque, si lo hacen, a la luz del Evangelio de Jesús, acabarán, probablemente, orando junto con nosotros: “Del Dios de Fátima, ¡líbranos, Señor!”.

1.       Ambiente de terror
El libro de Lucía nos hace retroceder en el tiempo y sumergirnos en el ambiente religioso y eclesiástico en que tuvieron que vivir los niños de Fátima, alrededor de 1917. Eran los tiempos de la Primera Guerra Mundial. Pero el terror que se respiraba, sobre todo en los medios populares y rurales, no venía de ahí. La catequesis familiar y parroquial, así como las predicaciones dominicales y otras, entonces muy recurrentes, constituían un género de terror no menos intenso y, también, no menos nefasto y criminal. Porque incidía sobre la conciencia de las personas, especialmente de los niños, pequeños seres indefensos y cargados de sensibilidad, dispuestos a creer en todo lo que les dicen los adultos, padres y madres, y también obispos y párrocos, cuya palabra era, míticamente, escuchada y atendida, como si fuese la voluntad de Dios presente en medio del pueblo. (El libro de Lucía muestra hasta la saciedad, que ella misma, incluso hoy, tantos años después, se mantiene en esta visión mítica de la realidad, también de la realidad eclesial, aunque tal visión sea totalmente ajena al mensaje liberador del Evangelio). Jacinta y Francisco, además de Lucía, respiraron un ambiente así. El libro no deja dudas, para quien sepa leer entre líneas, críticamente, sin dejarse envolver por el misticismo religioso, casi patológico, en que está escrito.
Se percibe muy bien que el terror es una constante en las vidas de estos tres niños. Vivían atribulados por el pecado, con el infierno y con los pecadores que se van, por montones, al infierno. Todo era pecado para ellos. Hasta darle un beso a otro niño en el juego de las prendas. Dar un beso, para Jacinta, por ejemplo, sólo es posible a Nuestro Señor, en la imagen del Crucificado. Como si otro niño o niña, compañero de juegos, no fuese mucho más imagen de él, sino sólo ocasión de pecado. (¿Quién instigó una visión tan moralista en la pequeña y angelical Jacinta? ¿Qué satánica catequesis le distorsionó tan gravemente la mirada? ¿Quién le arrebató, tan tempranamente, la naturalidad?).
En ese contexto, todo puede llevar al infierno. Dios, a los ojos de estos niños, está tan cansado de los pecados de sus criaturas humanas, que su ira está a punto de rebasar los límites, lo cual no sucederá si ellas aceptan sufrir-sufrir-sufrir, hacer toda clase de sacrificios por amor a Él y por la conversión de los pecadores y, al mismo tiempo, rezar muchos rosarios.
Como no podía ser de otro modo, los niños que reciben toda esta información (sensibles e indefensos como sólo ellos son) sufren, lloran, tienen dolor por Nuestro Señor. Y comienzan a pensar en ofrecerse como víctimas, hasta la muerte, para desagraviar a Dios y, de alguna manera, forzarlo a perdonar a los pecadores. Quedan completamente poseídos por una mística de la muerte, una mística sacrificial, que habla más bien de un Dios que se alimenta de gente, en vez de una mística de vida, la única que el Dios de Jesús puede inspirar a sus hijos e hijas, ya que Él mismo es un Dios que trabaja continuamente para que todos tengamos vida y vida en abundancia.

2.       Verdadera tortura
Vivir en un clima de una religiosidad así se volvió una verdadera tortura. Por lo menos, para estos niños aterrorizados, que siempre toman todo en serio. Se volvió también un riesgo terrible. El riesgo de llegar a ser condenados al infierno. Bastaba con cometer algún pecado. Y el pecado, para ellos era, por ejemplo, decir palabras feas o hacer pequeñas travesuras. Lo suficiente para ser condenados al infierno, descrito por ellos mismos con imágenes sumamente terroríficas. Nunca más, entonces, estos niños pudieron sentir la voluntad y la disposición de hacer sacrificios por los pecadores. El infierno era, finalmente, la gran amenaza para todos y lo que con mayor probabilidad podía sucederle a cualquiera. Y, para los pecadores, más que amenaza era ya una certeza. En un clima así, de religiosidad verdaderamente despojada de Evangelio, peor aún, contra el Evangelio, no es de extrañar que el deseo mayor de estos niños fuese el de ir al cielo porque ésa sería la única manera de no caer en el infierno, donde quien cae queda, para siempre, ardiendo en el inmenso horno de fuego en compañía de los animales más asquerosos y horrendos. Por lo que cuenta Lucía, en este libro, los dos hermanos, Jacinta y Francisco, vivían aterrorizados por el infierno. Era lo más natural. La madre, en las frecuentes catequesis familiares que les administraba, exageraba bien los colores del terror. Y los predicadores de las misiones parroquiales que seguían, con fidelidad, el libro Misión Abreviada, no se quedaban atrás. Por eso es que, en un ambiente así, de verdadero terror teológico, lo que más espanta y escandaliza a quien hoy busca ser discípulo de Jesús y dejarse conducir por los valores de su Evangelio liberador, es que aquella Señora la que los niños dicen que vieron y escucharon los días 13 de los meses de mayo octubre de 1917, a pesar de decir que venía del cielo, es decir, de Dios, no haya aparecido para liberarlos del miedo y convidarles la alegría de vivir. Por el contrario, comienza por anunciarles, a los dos más pequeños y también más aterrorizados, que en breve les llevaría al cielo, una manera eufemística de decirles que iban a morir antes de tiempo.

3.       Catequesis terrorista
En lugar de la buena noticia liberadora de que Dios quiere que ellos vivan y vivan en abundancia, les anuncia que pronto van a morir. En el fondo, se limita a reproducir y legitimar la catequesis terrorista y negadora del Evangelio que los niños constantemente escuchaban en su casa y en la parroquia.
Pero lo más chocante todavía estaba por venir: la aparición en la que, en julio, durante el diálogo que mantiene con ellos, les muestra a los tres niños el infierno y la impresión que les causa es tal, sobre todo en Jacinta y Francisco, que bien podría decirse que los dos hermanitos, de tierna edad y de salud manifiestamente debilitada, nunca se repusieron de esta visión terrorífica y acabaron por morirse del susto, además de la fragilidad que, por otra parte, se apoderó irreversiblemente de sus cuerpos, una vez que tanto ella como él, desde entonces, nunca más consiguieron ser niños como los demás, ni lograron jugar relajadamente, ni encararon la vida como niños saludables (Francisco, por ejemplo, hasta dejó de ir a la escuela, y en vez de eso, prefería esconderse en la iglesia ¡a rezar por los pecadores!) y nunca más se alimentaron bien.
En todos los momentos, a partir de aquel día, la visión del infierno persiguió a los dos niños, aterrorizándolos, obligándolos a rezar por los pecadores, y forzándolos a hacer sacrificios por la conversión de los pecadores. El libro de las Memorias de Lucía da testimonio de que los dos hermanitos eran capaces de pasar días enteros sin comer, daban su merienda a las ovejas, no bebían ni gota de agua en pleno mes de agosto, andaban todo el día, e incluso durante la noche, con una cuerda amarrada permanentemente a la cintura, hasta sangrarse.

4.       Masoquismo religioso
Con estas actitudes, cargadas de masoquismo religioso y sacrificial, pretendían -con una ingenuidad e inocencia sobrecogedoras y de las que personalmente no eran responsables sino víctimas- consolar a Nuestro Señor y al Papa (la preocupación por el Papa surgió después de que, en cierta ocasión, un sacerdote les habló de él y les informó que estaba siendo perseguido por los “enemigos” de la Iglesia).
Se llegó, sí, a la inversión total de la Buena Noticia que es la revelación de Dios en la Historia de la Humanidad y que culminó en Jesús de Nazaret, la mayor y más liberadora Buena Noticia que los empobrecidos del mundo y todos los que, oficialmente, son tenidos como pecadores, alguna vez pudieron oír.
En este caso de Fátima, en vez de que Dios sea aquel que viene como compañero y padre con corazón de madre, a consolar a los niños y liberarlos del terror y del sufrimiento en que una catequesis sacrificial y sádica los había condenado a vivir, son los niños quienes lo consuelan y se autoinmolan para conseguir que Él, a la vista del sufrimiento de ellos, víctimas inocentes, contenga su ira y desista de llegar actuar contra las criaturas humanas y pecadoras. En otras palabras: ellos se reducen para que Él crezca, en una liturgia típicamente sacrificial, pero también verdaderamente repugnante, que, cuando sucede, es siempre un insulto al Dios de Jesús y, simultáneamente, una de las causas principales que explican el crecimiento del ateísmo en el mundo.

5.       Urge evangelizar a Fátima
Puede, pues, decirse que el libro Las memorias de la Hermana Lucía -donde ella escribe todo lo que recuerda de sus tiempos infantiles, en Fátima, escrito por obediencia a algunos hombres de la Iglesia que, extrañamente, se atribuyen una tal autoridad sobre ella, porque incluso le dieron órdenes terminantes- contiene y vehicula una teología (reflexión sobre Dios) en las antípodas de la teología cristiana.
Se trata de una teología sobre un Dios que sigue siendo el Dios de mucha gente, pero que tiene que ver más bien con un ídolo devorador de pobres, bastante peor que algunas de sus criaturas, un Dios a imagen y semejanza de los verdugos que sólo calma su ira castigadora y destructiva con sangre, mucha sangre, de víctimas inocentes, un Dios justiciero, verdugo, sanguinario, un Dios contra el hombre y la mujer y sin entrañas de misericordia, tirano y déspota, un Dios intrínsecamente perverso, a quien es preciso apaciguar y cuyo brazo justiciero está presto a caer sobre la humanidad, cosa que no sucede aún porque, felizmente, tenemos junto a Él a una criatura, la más santa de todas y, por lo que parece, más misericordiosa que Él, la Señora del Rosario que ha conseguido calmarlo.
Pero ella misma está a punto de no poder soportar más la ira y el odio de Él contra la humanidad y, por eso, decidió bajar del cielo a la tierra, más concretamente a Portugal, donde algunos años antes, por coincidencia, se instauró una República masónica y atea, para pedir a tres niños inocentes que la ayuden en esta ingente tarea.
“¿Queréis (les dijo, en su primera aparición) ofreceros a Dios, para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros, en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?” Los niños, educados en una catequesis sacrificial y terrorista, dijeron que sí. Y, como ellos, mucha gente aún hoy le sigue diciendo lo mismo a ese Dios. Sólo quien no quiera ver puede ignorar que, en Fátima, el Dios más buscado por las personas que sufren dolencias y aflicciones de todo tipo, es un Dios así. Un Dios que nos espanta, que inspira miedo, que nos castiga, nos da y quita la vida, según el humor del momento. Un Dios que exige sacrificios humanos, que se complace en ver autoflagelarse a los pobres, en una inmolación que puede llegar hasta el límite de las fuerzas y de la vida. Un Dios en rebeldía hacia el Evangelio, con más de demonio que de Dios, quien desde los albores de la humanidad ha vivido en nuestro inconsciente colectivo, en donde, manifiestamente, aún no ha llegado la buena nueva liberadora de todo miedo, que es el Evangelio de Jesús.
La Iglesia Católica, que desde el principio ha administrado a Fátima, no ha sido capaz aún de evangelizarla. ¡Y vaya que es necesario! Por el contrario, se ha mostrado más interesada en aprovecharse sacrílegamente del fenómeno. Tal vez porque él, como dice la publicidad de la lotería, es fácil, barato y da millones. Y garantiza elevadas estadísticas, a la hora de contabilizar a los católicos portugueses, lo que da mucho más poder reivindicativo a la respectiva jerarquía, frente al poder establecido.
Ha llegado la hora de cambiar. Desde la raíz. ¿Es arriesgado? Sin duda. Pero también es imperioso y urgente. Está en juego el Nombre de Dios, del Dios revelado en Jesús de Nazaret. Está en juego la fe cristiana. Y, sobre todo, está en juego la humanidad, particularmente, la mayoría empobrecida y oprimida, también en nombre de un cierto Dios que, en Fátima, continúa dictando, impunemente, su ley sacrificial.
Los teólogos cristianos tienen, pues, una palabra que decir. Con lucidez y valor. Con discernimiento. En la lucha de los dioses en que vive la humanidad, la palabra de los teólogos es insustituible. Puede ser, para algunos, martirial, como ha sido para otros compañeros nuestros en América Latina. Pero no pueden dejar de hablar los teólogos. Tampoco las comunidades cristianas donde ellos se encuentran. Pactar, aunque sea con el silencio, es un pecado contra los pobres y contra el Espíritu Santo.

Y es que Dios, el Dios de Jesús, en vez de crear infiernos para los pecadores (¿y quién no lo es?), los acoge y come con ellos. Por pura gracia. En vez de hacer víctimas, los baja de la cruz. Y está empeñado, como creador que es, en hacer de esta tierra, aún con mucho de infierno, una nueva tierra, donde Él viva con nosotros y entre nosotros, para siempre, como Emmanuel. Y María, la madre de Jesús, lejos de andar por ahí pidiendo sacrificios y el rezo de muchos rosarios por la conversión de los pecadores, es la mayor poeta de este Dios totalmente ocupado en la liberación y salvación de la humanidad y empeñado en llevar a su término la creación del mundo, iniciada hace muchos millones de años. Una creación demorada, porque Él no la quiere hacer sin nosotros, sino junto con nosotros. Y también porque respeta infinitamente nuestra libertad sin jamás perder la paciencia, a pesar de los innumerables disparates que cometemos contra nosotros mismos, contra los demás y contra la Naturaleza que nos sirve de cuna. Y es así porque nos ama infinitamente. Pues ni siquiera puede hacer otra cosa.

Porto (Portugal).


Actualidad de la Iglesia ecuatoriana

I G L E S I A   E N   E C U A D O R :  Caminos  inconclusos.

Sucumbíos, Oct de 2017, PR.

CONTENIDO
-          Monseñor Leonidas Proaño marcó una ruptura positiva
-          Una Iglesia tradicionalmente conservadora
-          Pujanza de la Iglesia de los Pobres
-          El impacto evangélico y social del papa Francisco
-          Los signos de esperanza


La Iglesia del Ecuador camina con luces y sombras, teniendo dificultades para responder eficazmente a “los signos de los tiempos” y ser verdaderamente profética ante los desafíos actuales.

A.  Monseñor  Leonidas  PROAÑO  MARCÓ  UNA  RUPTURA  POSITIVA
                La Iglesia del Ecuador encontró en monseñor Leonidas Proaño, obispo de Riobamba (1954-1985) su mayor figura para aplicar el Concilio Vaticano 2° (1962-65) y las conclusiones de la Reuniones Episcopales Latinoamericanas.

1.       Antes de monseñor Proaño: Iglesia conservadora adormecedora y opresora…
-          … A lo largo de toda la colonia (+ José Comblin).
-          Identificada con los gobiernos conservadores.
-          Con Juan Pablo 2° (1979) y Benedicto: el opus dei controla la Conferencia Episcopal y vinieron nuncios muy conservadores. De allí salen la mayoría de los obispos y sacerdotes tradicionalistas… para largo.
-          Actualmente hay en Ecuador 25 diócesis con unos 30 obispos.

  1. Con monseñor Proaño nació LA IGLESIA DE LOS POBRES (IP).
-          1910-1988: Su familia era mestiza campesina de la Sierra. «Amo lo que tengo de indio». (2018: 30 años de su pascua).
-          1954-1985: Obispo de Riobamba, Chimborazo (80% de indígenas en 1954): «Taita, era tiempo que vinieras’.
-          Pastoral liberadora e inculturada: ‘obispo de los Indios’ y “profeta latinoamericano de la Iglesia de los Pobres”.
-          1970: Centro de formación teológico y pastoral de Santa Cruz en Chimborazo para Ecuador y AL.
-          1973: Fue director del IPLA (Instituto de Pastoral Latinoamericana) en Quito.
-          Gracias a monseñor Proaño, en los años ‘70: Nacen grupos ‘Iglesia de los pobres’: ED, CEBs, JOC, Agentes de Pastoral…

El testimonio de monseñor Proaño fue en la Iglesia ecuatoriana y latinoamericana una ventana abierta al Espíritu… que la mayoría del clero se apresuró en cerrar después de que falleció en 1988. Pero fue suficiente para que nacieran muchos grupos que hoy formamos la Iglesia de los Pobres.


B.  IGLESIA  CONSERVADORA  MAYORITARIA
Esta situación se debe a varios factores actuales y anteriores, locales y exteriores.
-          Un nuncio muy tradicionalista se quedó ¡inquebrantable durante 11 años! Ha nombrado la mayoría de los obispos con características de sumisos y con poca visión.
-          En 1976 se dio el apresamiento en Riobamba de unos 30 obispos latinoamericanos, amigos de monseñor Proaño… (por denuncia del nuncio y del presidente de la Conferencia Episcopal).
-          En 1997, en Quito, los seminaristas eran prohibidos de leer Medellín, Puebla, Sto. Domingo.
-          En 2010 se dio la expulsión intempestiva de monseñor Gonzalo López, obispo del Vicariato de Sucumbíos y su sustitución por los Heraldos del Evangelio (tradicionalistas militantes). Salieron los Heraldos pero sigue el conflicto para impedir una Iglesia abierta, ministerial y liberadora impulsada por monseñor Gonzalo.
-          En 2015 se da la visita del papa Francisco… percibido en general como ¡persona ‘non grata’! por las actitudes del clero.
-          Florecen el sacramentalismo y el control ideológico y financiero de la Religiosidad popular.
-          Actualmente los obispos favorables a la Iglesia de los Pobres y las CEBs, están en El Oro, Azuay, Guayas y Los Ríos.
-          Lastimosamente en Ecuador el conservadorismo eclesial tendrá larga vida…

C.  LA IGLESIA  DE  LOS  POBRES  PUJANTE  Y  MINORITARIA
Como fue señalado más antes, la Iglesia de los Pobres nació gracias al impulso de monseñor Leonidas Proaño.
-          La integran los grupos siguientes: Las CEBs urbanas, campesinas y las ‘Iglesias vivas’ indígenas presentes en muchas provincias, CAPIP (Coordinación de Agentes de Pastoral de la Iglesia de los Pobres, hasta 2010), ED (Equipos Docentes), JOC (Juventud Obrera Católica), Pastoral Afro-ecuatoriana y otros muchos Grupos identificados con monseñor Proaño.
-          La Iglesia de los Pobres ha formado muchos líderes sociales, políticos, educativos, DD.HH. (Derechos Humanos), feministas, ambientales…
-          En 2015 aparece el Grupo ‘Iglesia de los Pobres’ (continuador de la CAPIP: se vuelve a reunir gracias al padre + Patricio Cabrera, con unos 40 seglares, sacerdotes y religiosas. Próxima reunión en Riobamba el 23 de noviembre: Avisar a Pablo del Hierro, Quito (09.83.77.85.57).
La presencia de la Iglesia de los Pobres es minoritaria pero significativa. Perseguida por la mayoría de la jerarquía, sigue solidaria, activa, comprometida con los cambios eclesiales, sociales y políticos…

D.  DESAFÍOS  Y  ESPERANZA
El Espíritu de Jesús continúa de actuar en la tierra ecuatoriana para mantenernos en fidelidad al proyecto de Jesús, el Reino, que es “lo único absoluto” (Mateo 6,33).
-          Se nota el impacto positivo del papa Francisco que da mayor visibilidad y libertad a la Iglesia de los Pobres.
-          El CELAM (Consejo Episcopal Latino Americano) vuelve a abrir caminos liberadores con propuestas pastorales comprometidas con los pobres: REPAM (Red Eclesial Pan Amazónica), Pastoral social, capacitación liberadora…
-          La Conferencia episcopal ecuatoriana acaba de elegir una directiva algo más abierta.
-          La reciente visita del papa Francisco en Colombia comprometido con los acuerdos de paz, nos fortalece con sus actitudes y mensajes renovadores.
-          Nos desafía la preparación del próximo 12° Encuentro Continental de las CEBs para 2020 en Guayaquil.
-          El Grupo ‘Iglesia de los Pobres’ está empeñado a conformar un ‘Observatorio eclesial nacional’ (informar), promover reuniones de formación por aniversario del Concilio (1962-65), Carta ‘El Progreso de los Pueblos’ (Populorum progressio, papa Pablo 6°, 1967), Medellín (1968), Aparecida (2007)…
-          Estamos comprometidos en aportes para el Sínodo sobre Jóvenes, Roma octubre de 2018…

CONCLUSION :  Nuevas  perspectivas nos desafían y nos animan.
-          El papa Francisco llama a cambios eclesiales, a pesar de no estar tan asumidos por la gran resistencia.
-          A nuestro favor esta Iglesia de los Pobres tiene un largo camino recorrido y ricas experiencias  y… el apoyo papa Francisco.
-          Nos fortalece el protagonismo de la CONAIE. Sin ellos no se va a avanzar mucho tanto en la Iglesia como en la sociedad.
-          Los favorables ‘signos de los tiempos’ son oportunidades para una Iglesia más liberadora y un país más fraterno y justo.

¡ Adelante, Iglesia de los Pobres, adelante ! Eres el pequeño rebaño acurrucado sobre el corazón de Dios.


lunes, 19 de junio de 2017

La Iglesia de Ecuador: mayo de 2017

ECUADOR  HACIA  NUEVOS  RUMBOS :  Realidad  eclesial.

Aportes de Pedro Pierre, Riobamba, mayo 18 de 2007.

Podemos distinguir dos niveles en la Iglesia de Ecuador en la que monseñor Proaño marca un antes y un después. Antes de monseñor Proaño, la Iglesia era uniformemente tradicional. Con el Concilio Vaticano 2° (1962-65) y la reunión episcopal latinoamericana en Medellín (1968), aparece ‘la Iglesia de los pobres’ a partir de una expresión del papa Juan 23 en víspera del Concilio. Monseñor Proaño fue la expresión más relevante de esta nueva realidad.

1.       UNA IGLESIA INSTITUCIONAL FUERTEMENTE CONSERVADORA
-          El fallecido teólogo de la liberación José Comblin decía de la Iglesia de Ecuador: “Es una Iglesia tradicionalmente conservadora desde la colonia”… De hecho no hay en la historia de la Iglesia de Ecuador personajes muy relevantes.
-          Hoy tenemos un Iglesia institucional moldeada durante varias décadas por el opus dei, y más fuertemente en los últimos 11 años con el nuncio que acaba de irse, Guido G. Otonello. Hay en Ecuador 7 obispos del opus dei más uno de ‘comunión y liberación’. La mayoría de los obispos (90%) fueron nombrados por el nuncio Otonello. Su edad promedio es 59 años: están para largo rato… Se rumora que a lo menos 3 obispos ecuatorianos han firmado la carta de opositor cardenal norteamericano Burke quien afirma que “el papa Francisco se está equivocando”.
-          La jerarquía, en su conjunto, está comprometida con las clases ricas… por eso en las últimas elecciones promovió privada y públicamente a favor de Lasso. Esta Iglesia de los ricos cuenta con 48 ‘personalidades episcopales’, de los cuales muchos son eméritos. No es el modelo Iglesia que plantea el papa Francisco, sino una Iglesia sinodal (participativa), servidora (profética), anticlerical. Actualmente no hay plan pastoral nacional, sino sólo unas líneas para que cada diócesis haga su plan según les parece. Tampoco hay pastoral indígena en la CEE: sino ‘pastoral de las cultura’.
-          Los jóvenes sacerdotes están, en su mayoría, ajenos a los cambios producidos a raíz del Concilio Vaticano 2°. Personalmente escuché en el Seminario Mayor de Quito, en 1997. “Aquí los documentos de Medellín, Puebla, Santo Domingo están prohibidos”. La Iglesia viva de América Latina está postergada.
-          Hay que señalar el sorprendente comentario -calificado de “impertinente” por el presidente Rafael Correa- del flamante presidente de la Conferencia Episcopal afirmando que “el gobierno saliente nos deja un sabor amargo en la boca”, calificando al movimiento político mayoritario en la Asamblea (100 diputados sobre 137) de “partido único” e invitando a cuidarnos de que Ecuador pase a ser la caótica Venezuela. En 2006, el mismo obispo Arellano hizo que no se realizara una reunión InterCEBs (CEBs urbanas, campesinas, indígenas y negras) aduciendo que ‘las CEBs no estaban en comunión con los obispos’. ¿Quién no está en comunión con quién?
-          La trágica experiencia de la Iglesia Sucumbíos que sigue enfrascada en líneas decisiones clericales tradicionalistas, en particular por la presencia de clero originario de Colombia, nos hace decir: “De Roma viene lo a que Roma va”… En septiembre van los obispos en visita al Vaticano: han de haber enviado su informe. Deberíamos dar nuestra visión de la iglesia en Ecuador, en particular desde lo que hacemos todos los grupos que nos identificamos como Iglesia de los Pobres.
Consecuencias: una generación de obispos y sacerdotes muy conservadores que, globalmente, se limitan al sacramentalismo y la caridad, que va para largo.

2.       PUJANZA DE LA IGLESIA DE LOS POBRES
-          Esta Iglesia, según la expresión del papa Juan 23 en vísperas del Concilio, despertó con Medellín y todo lo que puso en marcha el CELAM (Conferencia Episcopal Latino Americano, Bogotá, Colombia) al nivel del continente, aquella época.
-          Personalmente, al llegar a Ecuador en 1976, 2 acontecimientos me llamaron la atención:
. Había reuniones nacionales regulares de la Coordinara de Agentes de Pastoral (CAP), -eso de los sacerdotes que organizaban las Comunidades Eclesiales de Base- con su boletín “Iglesia de los Pobres”.
. El apresamiento de unas 50 personas en Riobamba entre ellas monseñor Proaño que había invitado unos 30 obispos amigos de América Latina para compartir su experiencia pastoral.
-          Monseñor Proaño ha sido la piedra en los zapatos de la jerarquía, hasta el punto que, con el paso de los años, no tuvo ninguna responsabilidad en la Conferencia Episcopal. Santa Cruz, casa de retiro cercana a Riobamba, fue el gran centro de formación de la Iglesia de los Pobres en Ecuador y en América Latina.
-          Nosotros, que nos llamamos ‘Iglesia de los Pobres’, cargamos felizmente con la herencia de todo este pasado: CEBs (1979), Iglesias vivas (Indígenas), JOC, JEC, Casa de Retiro del Sur de Quito, Equipos Docentes… y cuántos grupos más que se reclaman de Proaño. En Guayaquil, en 2009, en la celebración de mis 40 años de sacerdocio, estuvimos unos 17 grupos cristianos y no cristianos reclamándonos de la Iglesia de los pobres.
-          Lo que nos caracteriza es una fe comprometida con la vida: la defensa y promoción de la vida, los DD.HH., la naturaleza, la mujer, los pobres, los indígenas, la salud y la educación alternativas, el Bien vivir… Una fe comprometida con la organización social y la transformación económica, política, cultural y eclesial de nuestro país. Una fe centrada en Jesucristo y la construcción del Reino.

3.       EL IMPACTO EVANGÉLICO Y SOCIAL DEL PAPA FRANCISCO
-          De alguna manera el papa Francisco cumple lo que pedía el documento de Aparecida, hace 10 años: “La Iglesia necesita de un fuerte remesón”. El papa es el fruto de la Iglesia de los Pobres de América Latina. Recordemos que fue redactor del documento final en el secretariado del 5ª Conferencia Episcopal Latinoamericana en Aparecida (Brasil, 2007).
-          El papa está creando, en la Iglesia, un nuevo estilo, un nuevo contenido más evangélico, un nuevo espacio de libertad, una nueva manera de ser Iglesia comprometida con grandes cambios que favorezcan a los pobres, desde los mismos pobres organizados.
-          Por supuesto que las resistencias son numerosas y fuertes, en particular en nuestro país: al nivel del clero, hay un boicot sistemático de todo lo que dice y hace el papa Francisco. Se notó en la visita del papa Francisco al país en 2015.

4.       LOS SIGNOS DE ESPERANZA
-          Uno de los signos grandes de esperanza es la renovación que se da en el CELAM, tanto en las personas que lo conforman como en los contenidos. Y estos contenidos llegan a todos los obispos y las Conferencias Episcopales del continente. En días pasados estuvieron rindiendo homenaje a monseñor Oscar Romero en San Salvador.
-          Otro signo es la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM) que une a obispos de los diversos países amazónicos. La Amazonía es el gran pulmón del planeta que defienden valientemente: Frente a la actual crisis ecológica, “si no hacemos nada, la catástrofe y el colapso están garantizados: ¡Estamos todos sobre el Titánic!” Lastimosamente en Ecuador, se aprovechó el tema para criticar duramente el extractivismo del gobierno, quedando la pastoral social en una perspectiva paternalista.
-          La Conferencia Episcopal se ha renovado.
. Por primera vez el presidente es obispo de un Vicariato, Esmeraldas, sabiendo que los Vicariatos eran considerados como una diócesis de ‘segunda categoría’.
. El vicepresidente es el arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera, abierto a una Iglesia renovada. En Guayaquil, un grupo de sacerdotes se reúne cada mes con él para conversar fraternalmente de sus preocupaciones y actividades pastorales. Monseñor Cabrera dijo que el tema de la próxima reunión de la Conferencia Episcopal iba a ser sobre las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base).
. Personalmente, sobre la CEE no tengo demasiada esperanza: no se cambia las cabezas e ideologías de la noche a la mañana. Sí, habrá que aprovechar esta novedad.
-          Otro gran signo de esperanza es el Sínodo sobre los Jóvenes, para octubre de 2018, convocado en Roma por el papa Francisco. El tema es: ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’. El Vaticano ha enviado un cuestionario para que los jóvenes respondan. “Quiero conocer sus inquietudes”, les dijo el papa.
-          Estamos con acontecimientos relevantes:
                . Los 50 años de la carta encíclica del papa Pablo 6° ‘Populorum progressio’ sobre ‘El Desarrollo de los Pueblos’, con el gran impacto social que tuvo. En Guayaquil la diócesis prepara una ‘Semana Social’ a partir de dicho documento y del pensamiento económico del papa Francisco.
. Los 10 años de la 5ª reunión del CELAM en Aparecida, Brasil: poco se ha hecho para aprovechar la inmensa riqueza de su documento de conclusión.
. En septiembre próximo la visita del papa Francisco en Colombia ha de traernos buenas nuevas también para la Iglesia ecuatoriana.
. El año próximo son los 50 años de la 2ª reunión del CELAM en Medellín, Colombia, que marca para nuestro continente el inicio de una Iglesia con rostro latinoamericano.
. En 2020 se dará en Guayaquil el 11° Encuentro Continental de CEBs. Ya tuvo lugar el 2° en Cuenca en el año 1984 cuyo tema fue: “Las CEBs como profetas, sacerdotes y reyes”. El último Encuentro tuvo lugar el año pasado en Paraguay con una delegación de 11 personas de Ecuador.

5.       DESAFÍOS A LA IGLESIA DE LOS POBRES
-          Hacernos más visibles creando por ejemplo un ‘Observatorio Eclesial del Ecuador” para informarnos, informar a los obispos, al Vaticano…, dar a conocer nuestras vivencias y reflexiones, como también la clase de obispos “con olor a ovejas” que necesita el pueblo ecuatoriano.
-          Fortalecer nuestro compromiso con los jóvenes, aprovechando el próximo Sínodo y las redes sociales, alentándolos a participar y a construir una Iglesia que sientan suya.
-          Profundizar en la formación generando eventos sobre las palabras y las actuaciones del papa Francisco, sobre la ‘Populorun progressio’, las orientaciones de Aparecida, la vigencia de Medellín, las actividades de la REPAM y del CELAM…
-          Con el espíritu de apertura del papa Francisco se está escribiendo mucho sobre teología, Biblia, misión, pluralismo religioso, sacerdocio: ¡actualicémonos!
-          Desarrollar los ministerios eclesiales de la mujer, su participación en los espacios de decisión y creatividad.
-          Profundizar en la dimensión política de nuestra fe para incidir en la vida de nuestro país: los discursos del papa a los Movimientos Populares (Roma 2014 y 2016, Bolivia 2015) son un compendio renovado de la Doctrina social de la Iglesia, por su opción decidida a favor de las causas y el protagonismo de los pobres organizados.
-          Existía una relación continua y provechosa con el ministerio de relaciones exteriores: ¿cómo mantenerla y fortalecerla con el nuevo gobierno? ¿Cómo abrir nuevos espacios de comunicación al nivel local?
-          Si el tema de la próxima reunión de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana es sobre las CEBs, ¿qué materiales vamos a proporcionar a los obispos, en particular al de nuestras diócesis?
-          Por la muerte de nuestro hermano y amigo Patricio, recibíamos diariamente ricos materiales de información y formación… Podemos encontrar tal material en 2 portales: <Iglesiadeapie> en la web e <Iglesiadelospobres> en Facebook. Aprovechemos…

Nuevas perspectivas se abren por todas partes porque el Espíritu no deja de trabajar a favor del Reino. Como Iglesia de los pobres, sabemos que somos minoritarios y marginados. Sabemos también que tenemos un impacto eclesial y social real. A pesar de los llamados al cambio eclesial, las estructuras eclesiásticas tradicionalistas se mantienen muy fuertes y cerradas. Tenemos en nuestro favor un camino recorrido y muchas experiencias acumuladas y… el papa Francisco. Miremos los nuevos ‘signos de los tiempos’ y aprovechemos las oportunidades que se nos presentan para colaborar en hacer una Iglesia más liberadora y un país más fraterno y justo.


domingo, 26 de marzo de 2017

Comentarios personales sobre 'Todos somos sacerdotes'

SOMOS  TODOS  SACERDOTES  COMO  JESÚS
Es decir: Ministros de una nueva Alianza

CEBs de Guayaquil y La Troncal, COMENTARIOS: PR. Semana Santa 2017.

CONTENIDO: Comentarios.
Introducción y presentación: Un culto centrado en el Reino.
1.       Por nuestro bautismo todos somos sacerdotes
2.       Somos a la vez sacerdotes y pueblo sacerdotal
3.       Una clase sacerdotal indiferentes a los pobres
4.       Todos somos sacerdotes como Jesús
5.       No hay ya necesidad de intermediarios sagrados
6.       Todos cristianos y ministros de la construcción y celebración del Reino
Conclusión: Documento de Aparecida 209-210


INTRODUCCIÓN: Volver a los orígenes del sacerdocio cristiano.

                Al final del Concilio Vaticano 2º se dijo que los grandes olvidados habían sido los sacerdotes. Por eso que los padres conciliares terminaron haciendo un documento acerca de ellos. Abrió puertas diciendo que el primer sacerdocio era el de los bautizados y que el sacerdocio ministerial estaba al servicio del sacerdocio bautismal de todos los cristianos. Lastimosamente no se avanzó mucho… pero sí por una parte surgieron grandes problemas ligados al celibato y a la misma práctica del sacerdocio: muchos se retiraron, otros fueron expulsados y… pocos entran en los seminarios.
                Por otra parte mucho se está escribiendo sobre el tema. Unos 18 documentos relacionados con el sacerdocio se pueden encontrar en el blog http://padrepedropierre.blogspot.com y son los siguientes:



1ª parte: Sacerdocio
1.       Urgente renovación del clero, M. Velásquez
2.       Sacerdocio y CEBs, E. Hoornaert
3.       Por una Iglesia sin clérigos, J. Pérez
4.       Movimiento de Sacerdotes casados, E. Hoornaert
5.       Clericalismo, J. M. Castillo
6.       Curas para promoción personal J. M. Castillo
7.       ‘El hábito no hace el monje’, P. Mallo
8.       El sacerdocio en la carta a los Hebreos, J. Housset
9.       Todos sacerdotes como Jesús, X. Pikaza
10.    Contra el sacerdocio de la mujer, J. I. González

2ª parte: Celibato
11.    Celibato en la historia de la Iglesia, I. Pérez
12.    Jaque mate al celibato obligatorio J. J. Tamayo
13.    Celibato opcional, Movimiento para el celibato opcional
14.    Celibato y misericordia, R. González
15.    Crisis de la vida religiosa, papa Francisco
3ª parte: Diaconizas
16.    Diaconado femenino, Emilia Robles
17.    No quieren ser diaconizas, A. Aradillas
Conclusión
18.    Jesús fue laico, J. Miranda



Estos documentos sirvieron de base para los 6 comentarios a continuación. ¡Feliz lectura!


Presentación: UN NUEVO CULTO CENTRADO EN EL REINO

                En nuestra Iglesia católica la mayor crisis es la del sacerdocio. Hace 50 años el Concilio Vaticano 2º destacó la importancia de volver a conocer al Jesús histórico y su opción por los pobres. Además esbozó una nueva manera de entender y vivir el sacerdocio: reconoció la prioridad al sacerdocio común de los bautizados sobre el sacerdocio ministerial ordenado, y puso éste al servicio del primero. Pero no avanzó más. Entonces muchos sacerdotes se retiraron; otros fueron expulsados por pedofilia; los seminarios se fueron vaciando y las vocaciones sacerdotales declinaron sin que se vea un repunte. Por todas partes las comunidades cristianas se quedan sin sacerdotes y sin eucaristía…
                Al mismo tiempo los teólogos de todos los continentes se pusieron a reflexionar: ¿qué sacerdotes queremos para qué Iglesia? En América Latina, la Conferencia Episcopal Latinoamericana que se reunió en Aparecida, Brasil, 2017, insistió en que la Iglesia necesitaba de un “fuerte remesón”, debía emprender la reforma de las parroquias y fomentar por todas parte una gran misión continental, confirmaba la validez de las Comunidades Eclesiales de Base e invitaba a los obispos a promoverlas en sus diócesis. No se puede decir que estas orientaciones encontraron un gran eco, lastimosamente… En cuanto a los teólogos, ¿qué nos dicen?

A. LA GRAN TAREA DE JESÚS FUE HACER ACONTECER EL REINO
                Ya no se discute que la misión de Jesús fue el Reino y que el mayor empeño de la Iglesia, siguiendo a su Maestro, es también el Reino. Pero las estructuras todavía no han cambiado mucho: las parroquias siguen iguales que anteayer y los seminarios donde se forman los sacerdotes también.

1.       El Antiguo Testamento se centró en el culto y el cumplimiento de la ley
·         Al principio, en tiempos de los Patriarcas y las Matriarcas, quienes ejercían la función sacerdotal era los jefes de familias. Lo vemos con Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Raquel… Esa tradición no se perderá.
·         Luego al organizar Moisés el pueblo que había rescatado de Egipto, el ejercicio del sacerdocio fue confiado a la tribu de Leví, de la que Moisés y Aarón eran parte. Ellos se encargaron de cuidar las tablas de la Ley del Sinaí, celebrar las maravillas de Dios, quemar sacrificios de animales y ayudar a seguir los pasos de la Alianza con Dios.
·         El exilio en Babilonia durante más de 50 años trajo una nueva esclavitud sin la posibilidad de continuar como pueblo, sin templo, sin sacerdotes… Al regresar en Palestina, fueron los sacerdotes que reorganizaron el país y reconstruyeron la capital Jerusalén y el templo. A pesar de las muchas resistencias, se creó una clase sacerdotal y un culto centrado en la pureza de sangre y el cumplimiento estricto de la ley de Moisés. La mayoría de la gente del campo, muy pobres, no podían cumplir con todos estos requisitos y fueron marginados y despreciados por la clase sacerdotal dirigente.

2.       Con Jesús el proyecto de Dios se centra en la fraternidad universal
·         Jesús era un campesino pobre de una región marginal. Se sintió llamado a ser profeta itinerante a cargo de la construcción del Reino de Dios. Y de hecho comenzó a establecerlo entre los pobres de su región y de su país: ellos iban a ser los mejores obreros del Reino, con el apoyo de sus apóstoles y discípulos, varones y mujeres indistintamente.
·         Jesús no vino para reformar la religión judía ni su culto, sino darles un giro totalmente nuevo. Para él, el amor era el centro de todo, a vivir y promover en Comunidades. “Busquen primero el Reino de Dios; lo demás vendrá por añadidura” (Mateo 6,33). El culto que quiere Dios es ser un pueblo fraternal que contagie todos los demás pueblo: “Ofrézcanse como un culto agradable a Dios” dice Pablo a los Romanos (12,1): toda la vida tiene que ser ese pasión por la fraternidad.
·         De alguna manera desaparecieron el sacerdocio y el culto de los sacrificios. En el Nuevo Testamento ni Jesús ni los apóstoles son llamados sacerdotes. Si la carta a los Hebreos reconoce a Jesús el título de “sumo sacerdote” fue porque su vida y su muerte fueron una ofrenda agradable a Dios: el Reino se había inaugurado en Jesús. Los apóstoles y demás seguidores de Jesús iban a ser los nuevos encargados de continuar su obra.
·         En las primeras comunidades, la fracción del pan era, por una parte, el recuerdo de la última Cena, símbolo del compartir que crea la fraternidad y la comunión con Dios, y, por otra, el compromiso de continuar la tarea de Jesús hasta las últimas consecuencias. Quienes eran los encargados de presidir dicha celebración, eran, como en tiempos pasados, los jefes de familias, varones y mujeres indistintamente.
·         Con las últimas cartas atribuidas a Pablo, se percibe la presencia de dirigentes sacerdotales de comunidades: diáconos, presbíteros y obispos. Con la asimilación al imperio romano en el siglo 4, pasaron a formar una nueva clase sacerdotal que se inspiró del Antiguo Testamento y de los cultos de la religión romana. Se rompía la tradición de Jesús contrario al ejercicio de un poder dominador, a la aceptación de privilegios personales, a la celebración de un culto centrado en su ‘sacrificio’ en la cruz y a la necesidad de intermediarios obligados para relacionarse con Dios…

B. LA CENTRALIDAD DEL REINO EXIGE UN NUEVO SACERDOCIO
                Para volver a la tradición de Jesús y de las primeras Comunidades cristianas, hay que retomar y profundizar las orientaciones del Concilio Vaticano 2º: lo absoluto del Reino, la primacía del sacerdocio colectivo de los bautizados, la construcción de la fraternidad, las Comunidades que se ofrecen como nuevo culto agradable a Dios.

1.       “Eres profeta, sacerdote y rey-pastor”
-          Al ser ungido como ‘profetas, sacerdotes y reyes pastores’ en el día de nuestro bautismo, se nos trazó el camino correcto.
·         Somos ‘profetas’ cuando proclamamos palabras de vida y de verdad que denuncian lo que destruye el Reino y anuncian todo lo que lo construye.
·         Somos ‘sacerdote’ cuando participamos de todas las ofrendas que hacen grupos y pueblos de su fraternidad alegre.
·         Somos ‘reyes-pastores’ cuando nos constituimos en asociaciones, comunidades y sociedades vivas, equitativas, participativas, creativas y solidarias de una humanidad reconciliada entre sí, con los demás, la naturaleza y Dios.
-          Podemos ser sacerdotes y sacerdotisas de nuestro pueblo sin más poder ni privilegio que los de cumplir con el mandato que nos da de encaminarlo en su tarea irrenunciable de construir y ofrecer el Reino.

2.       Todos somos sacerdotes como Jesús
-          Como Iglesia somos el ‘Cuerpo sacerdotal’ de Jesús.
-          Puede ser que unos y unas sean encargados de esta dimensión sacerdotal, pero no pueden ser detentores de poderes exclusivos ni de privilegios de clase ni ser intermediarios obligados para relacionarnos con Dios. Eso era la Antigua Alianza que terminó con Jesús.
-          Si las Comunidades nombran personas para ejercer un servicio sacerdotal, se encargarán de lo que nos dejaron las primeras comunidades al realizar la fracción del pan:
·         Anunciar que la muerte de Jesús fue su máxima solidaridad con el Reino comenzado a partir de los pobres.
·         Recordar la vida de Jesús como una ofrenda agradable a Dios, un acto sacerdotal único e irrepetible.
·         Continuar la obra del Reino como compromiso absoluto de los seguidores de Jesús.
·         Celebrar la resurrección de Jesús y la presencia del Padre en nuestros pequeños y grandes logros de nuestra existencia cotidiana.
·         Agradecer a Dios por habernos elegido para tal noble tarea…
-          Como en la oración eucarística de nuestros templos, todos varones y mujeres estamos llamados a
·         ‘Anunciar la muerte de Jesús’ en todas las muertes injustas de los que trabajan por un mundo de fraternidad, de justicia y de fe;
·         Proclamar la resurrección de Jesús tanto en las personas, los grupos y los pueblos que nacen a una vida nueva como en la naturaleza respetada, defendida y promovida como se lo merece;
·         Invocar al Espíritu para que siga animando desde dentro la entrega generosa de la vida hasta la muerte, el crecimiento en dignidad, valentía y alegría de los creadores de una nueva humanidad, o sea, el Reino que avanza hacia su plenitud.

CONCLUSIÓN
Ese es la clase de sacerdotes, de seguidores, de pueblo y de Humanidad que quiere Dios. Eso fue el ejemplo y el camino de Jesús: ser un Reino de fraternidad universal. Nos toca continuarlo individual y colectivamente… con la fuerza del Espíritu. Como Jesús somos sacerdotes de Dios y de nuestro Pueblo. Ese es el culto inaugurado con Jesús en la Nueva Alianza y ofrecido en la cruz. Somos los herederos dichosos de tal proyecto humano y divino a la vez. No se detendrá porque tiene la fuerza de Dios.

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Los textos a continuación son los comentarios personales de los 6 temas sobre el Sacerdocio:
¡Bienvenidos para varias novedades! PR.


A. POR NUESTRO BAUTISMO TODOS SOMOS SACERDOTES.

1. EL SACERDOCIO BAUTISMAL ES EL SACERDOCIO MAYOR
-          Así dijo el Concilio Vaticano 2º: El sacerdocio bautismal es primero; el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio bautismal”.
-          El emperador Constantino, en el siglo 3, dictaminó que el cristianismo era la religión del imperio. Esto produjo que naciera una clase sacerdotal por encima del sacerdocio bautismal.
-          De esta manera los obispos y sacerdotes se olvidaron de que Jesús no había ordenado sacerdotes y que se oponía a toda clase de poder y privilegios.
-          Paulatinamente se regresó a las prácticas del Antiguo Testamento, superadas por el mismo Jesús. De hecho los sacerdotes asumen el papel de los sacerdotes judíos que condenaron a muerte a Jesús.
-          Gracias al Concilio, recién nos damos cuenta que hay que volver a poner las cosas ‘sacerdotales’ en su curso normal, según el ejemplo del mismo Jesús.

2. AL COMIENZO TODO PADRE DE FAMILIA ERA SACERDOTE
-          El libro del Génesis nos hace descubrir que todo padre de familia era sacerdote. Ellos construían altares y hacían un culto a Dios ofreciendo sacrificios. Se trata de un sacerdocio familiar.
-          Es el caso de Noé (8,20), Abraham (12,7-8; 13,4,18; 22,9), Isaac (26,25), Jacob (33,29;35,7)… Ellos eran ‘padres’ o abuelos o ‘jefes’ de varias familias.
-          El caso de Melquisedec (14,14-20) es distinto. Se nos dice que era ‘rey de Salem’ o Jerusalén. No pertenece al clan (varias familias) de Abraham, pero seguramente se conocen. El texto nos presenta a Melquisedec como ‘sacerdote del Altísimo’ que va dando una bendición a Abraham. Es de notar que Abraham le reconoce una autoridad sobre él y su clan, ya que le paga el diezmo (v. 20). La carta a los Hebreos (7,1) retoma el sacerdocio de Melquisedec para aplicarlo a Jesús.
-          Notemos también la discriminación de la mujer… que no aparece junto a su esposo. Y muchas veces olvidamos nosotros de nombrar a Sara junto a Abraham, a Miriam junto a Moisés, a las Profetizas y las ‘Sabias’ de los libros de Ester, Rut, Cantar de los cantares…

3. DESARROLLEMOS NUEVAS ESPRESIONES
-          Pongamos las cosas en su lugar: Por una parte, el mayor sacerdocio es el bautismal y, por otra, la mujer tiene tanto derechos como el varón.
-          El sacerdocio ministerial tiene que transformarse… Ya en las CEBs lo estamos viviendo. Por lo mismo no se trata que la mujer busque parecerse a la clase clerical que nació del imperio romano: ser un poder que opaca a las y los bautizados y acapara privilegios que contradicen las palabras y el ejemplo de Jesús.
-          Notemos algunas prácticas sacerdotales comunes a los bautizados, varones y mujeres indistintamente: bendecir a los hijos, al pan y a la comida; rezar y comentar la Biblia en familia; participar de actos de la devoción popular; ofrecer agradecidos los frutos de la tierra y la belleza de la naturaleza…
-          Que algunas personas hayan sido nombradas ‘sacerdotisas de las CEBs’ no quita nada a las y los demás bautizados. Más bien nos recuerda que ‘todos somos sacerdotes, que el poder es un servicios y que debemos alejarnos de todo privilegio’.


B. SOMOS A LA VEZ SACERDOTES Y PUEBLO SACERDOTAL

1. ORIGEN DEL SACERDOCIO COMO INSTITUCIÓN EN TIEMPO DE MOISÉS.
-          Moisés es de la tribu de Leví, el hijo de Jacob. Esta tribu es elegida por Dios para su servicio cultual (Éxodo 32,25-29). A lado del sacerdocio levítico, cuya cabeza principal es Aarón, continúa el sacerdocio familiar (Jueces 6,18-29; 1 Samuel 7,1). Los levitas eran encargados de la carpa donde residían las tablas de la Ley del Sinaí: los 10 mandamientos. Estas tablas son el signo de la Alianza con Dios y de los compromisos adquiridos. Los levitas son los encargados de recordar este compromiso. Con el tiempo, Aarón, el hermano de Moisés, fue reconocido como el primer sumo sacerdote.
-          Al llegar a la Tierra Prometida, los levitas no reciben tierras ni propiedades particulares, sino que vivirán de las primicias y los diezmos. Primicias son sea los primeros nacidos de los rebaños, sea los primeros frutos y cereales cosechados. El diezmo es la décima parte de la cosecha.
-          Con el rey David que construye el templo de Jerusalén, los levitas, repartidos en las distintas regiones del país, se encargan del culto en el templo. Pero con Salomón son desplazados a favor de Sadoq (2 Reyes 23,8), cuyo origen es desconocida, pero relacionada con Aarón: serán sus descendientes que conservarán la responsabilidad del culto del templo de Jerusalén.
-          Así queda constituida la clase sacerdotal: el Sumo sacerdote, los sacerdotes del templo de Jerusalén y los levitas, principalmente fuera de la capital. Sus funciones son ser los encargados de los santuarios: presidir el culto (ofrecer y bendecir), conservar las tradiciones (hacer memoria de la Alianza, de los hechos relevantes y luego de los Profetas) y ser los portavoces de Dios y los interpretadores de su Palabra (de hecho muchos sacerdotes redactaron varios libros bíblicos). El sacerdote no es el único mediador con Dios: el rey también lo es, igual que el profeta.
-          Eso no quita que el Pueblo de Jesús es un pueblo sacerdotal: Éxodo 19,6; Isaías 61,6 y 2 Macabeos 2,17). Es llamado a dar un culto perfecto: Ezequiel 40-48; Isaías 2,1-5; 60-62). Lo confirmará el apóstol Pedro: 1 Pedro 2,5-10.

2. LA DIMENSIÓN COLECTIVA DEL SACERDOCIO
-          Los textos del Antiguo Testamento son claros (Éxodo 19,6; Isaías 61,6 y 2 Macabeos 2,17). Su función es, mediante su manera de vivir en la fraternidad, la justicia y la fe, dar a Dios un culto perfecto (Ezequiel 40-48; Isaías 2,1-5; 60-62).
-          En el Nuevo Testamento lo confirmará fuertemente el apóstol Pedro (1 Pedro 2,5-10).
. Primero, el testimonio de los cristianos tiene que ser no sólo individual, sino también colectivo: ser consciente y efectivamente ‘pueblo’ y ‘pueblo de Dios, con relaciones comunitarias con Dios.
. Luego somos “raza elegida, reino de sacerdotes, nación consagrada”: todos los pueblos somos llamados a tener una relación particular con Dios, o sea, una manera de vivir que refleje el amor de Dios. Así entre pueblos nos ayudaremos a ser ‘más pueblo’, ‘mejor testimonio colectivo y revelación comunitaria de Dios.
. Esto se realiza, según Pedro, de 2 maneras: proclamar las maravillas de Dios afín de “pasar de las tinieblas a la luz admirable”. La relación con Dios mejora el desarrollo personal y colectivo. Eso es la manera de alcanzar y abrirse a la misericordia de Dios.

3. UNAS CONCLUSIONES PARA NOSOTROS TODOS
-          Tenemos que vivir en comunidades vivas y conformarnos como pueblo fraterno: eso es el Reino.
-          Estamos invitados a ayudarnos a reconocer, proclamar celebrar las actuales maravillas de Dios.
-          El vivir estas realidades será para nosotros una luz nueva y un experimentar la misericordia de Dios.
-          Otras comunidades y otros pueblos compartirán con nosotros su experiencia colectiva de Dios: así nos enriqueceremos para llegar a ser, como humanidad toda, la gran familia de Dios.


C. UNA CLASE SAERDOTAL INDIFERENTE A LOS POBRES

1. LA SITUACIÓN AL MOMENTO DEL REGRESO EN PALESTINA
-          El exilio en Babilonia, capital de Persia, duró más de 50 años en una situación de esclavitud para la mayoría de los exiliados.
-          Regresaron unas 50,000 personas después de un viaje de 5 meses… para reorganizar el país y reconstruir la capital, Jerusalén.
-          En Palestina, quedaron los más pobres que se reunieron en torno a Samaria donde se adoraba a Yahvé y a otras divinidades. La ciudad de Jerusalén había quedado destruida y deshabitada.
-          Para la reconstrucción había 3 proyectos diferentes:
. El de los exiliados que buscaban restaurar la ley el culto de una manera muy estricta. Se inspiraban del profeta Ezequiel.
. El del pueblo de la tierra, principalmente campesinos. Deseaban un rey pobre ungido por Dios, un Mesías de justicia (Jeremías 23,5-6). Con ellos estaban la profetisa Nadia y su escuela de profetas.
. El de los exiliados de la comunidad del profeta Isaías que eran abierto a un proyecto abierto a todos los pueblos donde la justicia y el derecho fueran los pilares.
-          Triunfó el proyecto de los exiliados más estrictos bajo la dirección del sacerdote y escriba Esdras, de Nehemías, allegado al rey persa, los 2 enviados por el mismo rey persa, y de los profetas Ageo, Zacarías y Malaquías.
-          Surgieron varios y fuertes conflictos:
. Con los samaritanos que querían conservar su centralidad y hegemonía.
. Con el cobro del diezmo a los campesinos para mantener a los ‘funcionarios’ de Jerusalén.
. Con la exigencia de pureza de la raza judía: para seguir siendo judíos, todos debían repudiar las mujeres ‘extranjeras’.
. Con la aplicación estricta de la ley: Como ya no había rey, el sacerdote Esdras se constituyó en un gobernador que dependía del imperio persa. Apareció la clase sacerdotal que lo controlaba todo.
-          La resistencia se organizó en torno a los profetas Isaías (3º), Jonás, Job y las mujeres Nadias (profetiza), Ester, Rut, la Sunamita (Cantar de los cantares).
-          En esa época se termina la redacción de la mayoría de los libros del Antiguo Testamento y se escribe los libros de Sabiduría y los Salmos, con los sacerdotes y los escribas.
Será esta situación la que encuentra Jesús al emprender su misión de Mesías del Reino.

2. EL SACERDOCIO ACTUAL RETOMÓ MUCHAS ATRIBUCIONES DEL SACERDOCIO DEL ANTIGUO TESTAMENTO
La actual organización sacerdotal se remonta al tiempo en que el emperador romano Constantino hizo del cristianismo la religión oficial del imperio: no fue el imperio que se convirtió al cristianismo, sino el cristianismo que se convirtió al imperio romano. Por eso el clero y la organización eclesial tiene muchas características tanto de las prácticas religiosas de la religión romana pagana y del Antiguo Testamento.
-          Apareció la clase sacerdotal piramidal: papa, obispos, sacerdotes.
-          La ley que rige la Iglesia o Derecho canónico es copiada sobre el derecho imperial romano, esclavista, patriarcal y dictatorial.
-          Se da una triple separación: la del clero -superior- con los seglares -inferiores-; y la de los varones -también superiores- con las mujeres –inferiores; la de los sacerdotes célibes -superiores- con las parejas casadas -inferiores.
-          Los sacerdotes pasan a ser los ‘funcionario de los sagrado’ que deciden de todo sin control ni de los obispos ni de los seglares.
-          Se olvida al Jesús histórico de carne y hueso como nosotros, para transformarlo en un ser celestial, exclusivamente segunda persona de la Trinidad, sin mayor compromiso con los pobres de hoy.
-          Se sustituye la misión de la Iglesia, o sea, la construcción del Reino, por la defensa de una moral rigorista, atrasada y casi exclusivamente sexual.
-          Los sacramentos pasan a ser actos más mágicos y negociados en nombre de Dios para aplacarlo en vez de ser celebración de la vida y de los momentos importantes de la existencia.
-          La Eucaristía se transforma en la repetición del ‘sacrificio’ de Jesucristo en la cruz, olvidando la dimensión del compartir fraterno, la celebración de la resurrección y la mística de la construcción del Reino.
-          La oración se confunde con un comercio con Dios en vez de ser, tal como lo es el Padrenuestro, un encuentro renovador con Dios padre y madre, y un compromiso por la liberación de los pobres al ejemplo de Jesús.
Felizmente el Concilio Vaticano 2º y la Iglesia de los Pobres en América Latina nos permiten volver al Evangelio, al Jesús de Reino y a una Iglesia comprometido con la espiritualidad y la liberación de los pobres.


D. TODOS SOMOS SACERDOTES COMO JESÚS

1. HAY 2 TIPOS DE SACERDOCIO
a)      Está primero la condición sacerdotal de todo el pueblo tanto en el Antiguo Testamento (Ex. 19,1; Isaías 61,6; Génesis 16,25) como en el Nuevo Testamento (1 Pedro 2,5 y 9; Apocalipsis 1,5; 5,10 y 20,5; Romanos 12,1). Es el sacerdocio común o bautismal del que participan todos los miembros del Pueblo de Dios y del que el sacerdocio familiar era una especie de este tipo (Génesis 12,7-8; 13,18 y 16,25).
b)      El sacerdocio ministerial, con una clase sacerdotal
-          Era ejercido por los miembros de la tribu de los levitas, con la familia de Aarón a la cabeza.
-          Sus responsabilidades eran: custodiar el arca de la alianza (donde estaban depositadas las tablas de la ley de Moisés), ofrecer sacrificios y recordar la ley y demás beneficios divinos.
-          Los profetas anuncian un nuevo sacerdocio que tendrá pleno cumplimiento en Jesús y en el sacerdocio de la nueva alianza.

2. EL SACRIFICIO Y EL SACERDOCIO DE JESÚS SON DIFERENTES Y ÚNICOS
a)      El ‘sacrificio’ del cristo es diferente y único
-          El sacrificio de Cristo es radicalmente diferente de los sacrificios del Antiguo Testamento: no es un intercambio de dones entre los hombres y Dios. De parte de Cristo es la ofrenda libre de toda su vida hasta la muerte. La cruz no es un sacrificio, sino el resultado de un crimen al que Cristo se expuso por obediencia a la misión de revelar a un Dios amor y manifestar su solidaridad incondicional con los hombres.
-          Esta clase de "sacrificio" es única y definitiva; por eso la misma carta repite tres veces la relevante expresión "una vez para todas" (Hebreos 7,27; 9,2 y 10,10). Ya no hay más sacrificio que ofrecer: el sacrificio de Cristo no puede ser repetido.
b)      Igual que el sacrificio, el sacerdocio de Cristo es a la vez diferente y único
-          El sacerdocio es diferente porque no es un rito litúrgico, sino su destino personal, un modo de vivir.
-          Es único porque este único "sumo sacerdote" es el exclusivo mediador. Cristo es el único mediador porque es el único en estar al mismo tiempo en una relación de fe total con su Padre y en una relación de caridad y solidaridad totales con su hermanos los hombres.

3. ENTONCES, SE PUEDE DECIR QUE "TODOS SOMOS SACERDOTES" A LA MANERA DE JESÚS
-          Ya que hay un único sacerdote que es cristo, no puede haber más sacerdotes, y como no hay más sacrificio que ofrecer, no se puede continuar ofreciendo ‘sacrificios eucarísticos’.
-          La novedad de la carta a los Hebreos, al Igual que todo el Nuevo Testamento, es de nunca designar ni pensar los ministerios cristianos en las categorías sacerdotales del Antiguo Testamento ni de otras religiones. Este carácter sacerdotal del presbiterado y del episcopado es ajeno a todos los escritos del Nuevo Testamento.
-          La 1ª carta de Pedro habla del sacerdocio común de los fieles y el Apocalipsis de un pueblo de sacerdotes tal como lo anunció el Éxodo. Curiosamente estas nociones son desconocidas de la carta a los Hebreos: Ese es una de sus enigmas.
-          La carta excluye formalmente a cualquier forma de mediación individual o colectiva de los cristianos, pero no prohíbe reconocer una vida oblativa a la que son llamados los cristianos (Romanos 12,1), a imagen del carácter sacerdotal de la vida y muerte de Cristo.

2. JESÚS Y LOS APÓSTOLES NOS DEVUELVEN NUESTRO SACERDOCIO BAUTISMAL
a)      Jesús no fue sacerdotes a la manera de los sacerdotes actuales
-          Era, diríamos hoy, laico. Nunca se atribuyó el título de sacerdote. Pero fue yendo más allá de las funciones sacerdotales y los dio un nuevo giro, porque él es la revelación suprema de Dios.
-          Jesús se compara al ‘Siervo sufriente’, figura relevante presentada por el profeta Isaías (Marcos 10,45 y 14,24 = Isaías 53). Su sangre recuerda la del Cordero pascual (1 Pedro 1,19).
-          Nadie en el Nuevo Testamento da a Jesús el título de sacerdote, menos la Carta a los Hebreos.
. Su sacerdocio es prefigurado por el de Melquisedec (Génesis 14,18 y Salmo 110,4). Al no tener más referencia de rey de Jerusalén y sacerdote del Altísimo, Melquisedec es la imagen del sacerdote eterno (7,3), es superior a Abraham ya que le cobra el diezmo…
. Jesús es el sumo sacerdote definitivo (7,20-25): no habrá más que él (7,26), porque es el mediador perfecto de una nueva alianza (8,6-13; 10,12-18) entre Dios y la humanidad. Su sacerdocio pone fin al sacerdocio del Antiguo Testamento.
-          Jesús nos llama a continuar su obra: ‘tomar la cruz’ (Mateo 16,24), ‘beber la copa’ (20,22 y 26,27), ‘llevar su mensaje’ (Lucas 9,60 y 10,1-16). En él, Jesús nos hace a todos sacerdotes.
b)      Para los apóstoles, somos un pueblo sacerdotal. Presentan la vida cristina como una liturgia, es un acto sacerdotal.
-          Pablo: la fe es una ofrenda (Filipenses 2,17); la colecta es el un sacrificio agradable a Dios (4,18); toda la vida tiene que ser un culto espiritual (Romanos 12,1). El culto no es sólo alabanza, sino también ‘compartir de los bienes’ (Hebreos 13,15).
-          Santiago enumera en qué consiste el verdadero culto (1,26): la dominación de la lengua, la visita a los huérfanos y las viudas, la protección contra los males de este mundo.
a)      Pedro y Apocalipsis aplican a los cristianos como pueblo un sacerdocio real (1 Pedro 2,5-9 y Apocalipsis 1,6; 5,10 y 20,6 = Éxodo 19,6).

CONCLUSIÓN
La carta a los Hebreos no habla de la eucaristía ni supone la eucaristía cuando toca aspectos muy cercanos a ella. En cualquier caso, es impensable que las primeras comunidades cristianas mencionados en esta carta conciban un rito eucarístico como sacrificio. La historia de la Iglesia, especialmente en el Concilio de Trento, muestra cómo es la presentación de la Eucaristía de carácter sacrificial que ha conducido a la instauración de una casta clerical -el clero- definida como necesaria para celebrarla.


E. NO HAY YA NECESIDAD DE INTERMEDIARIOS SAGRADOS, PERO SÍ DE SERVIDORES COMPROMETIDOS

1. LA PRÁCTICA DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS
-          En el Nuevo Testamento no se habla de sacerdotes ni de eucaristía tal como la entendemos hoy. Por una parte no se da a Jesús el título de sacerdote ni a los apóstoles; de hecho fueron los sacerdotes de la época que provocaron la muerte de Jesús. Más bien en varias cartas del Nuevo Testamento (Pedro, Apocalipsis), se nos habla de que los cristianos conforman un pueblo sacerdotal.
-          La carta a los Hebreos habla de Jesús como ‘sumo sacerdote’ en el sentido que su vida (y su muerte) fue un acto sacerdotal, una ofrenda agradable a Dios.
-          Personalmente Jesús no ordenó sacerdotes a sus apóstoles. Se entiende cada vez más que al decir Jesús en la última Cena: “Hagan esto en memoria mía”, esto se dirigía a las comunidades de sus seguidores. Intencionalmente el apóstol Juan sustituye la ‘comida’ de la ultima cena por el lavado de los pies (Juan 13,4) y termina diciendo: “Ustedes deben hacer como he hecho yo… ¡Felices si ponen estas cosas (o sea, el servicio) en práctica!” (13,15 y 17).
-          “Compartían el pan en sus casas”: naturalmente quien presidía esta ‘fracción del pan en memoria de Jesús’ era el dueño o la dueña de casa. Además no veían en esta fracción del pan una repetición de la muerte de Jesús, sino un memorial de compartir, fraternidad y entrega hasta las últimas consecuencias.
-          Un texto cristiano de los años 150, llamado “La Didaqué o Enseñanzas de los 12 apóstoles”, describe las prácticas litúrgicas de las comunidades cristianas. Incluye ‘la fracción del pan’, pero curiosamente no señala las palabras de Jesús en la última cena.
-          Es cierto que los últimos escritos del Nuevo Testamento hablan de 3 grados de responsabilidad en las comunidades: ‘diáconos, presbíteros y obispo’… A partir de allí se dará, en particular cuando el imperio romano asumirá el cristianismo como religión oficial, una clase sacerdotal con poderes sagrados y privilegios que contradicen la práctica y las palabras de Jesús… y se llegará al clero que conocemos hoy. Felizmente el Concilio Vaticano 2º empezó a reorientar el sacerdocio según la práctica de las primeras comunidades cristianas.

2. A DIOS SE LO ENCUENTRA PERSONAL Y DIRECTAMENTE, “EN ESPÍRITU Y EN VERDAD”
-          Según el sentido de la Encarnación de Jesús, confirmado por la carta a los Hebreos, a Dios se lo encuentra directamente. Esto excluye la necesidad de intermediarios sagrados. Es una contradicción con la carta a los Hebreos dar un carácter ‘sacerdotal’ un ministerio ligado a un carácter ‘sacrificial’ de la eucaristía: Cristo es el único y exclusivo sacerdote y la ofrenda de su vida y de su muerte es irrepetible. La situación actual despoja al pueblo de Dios de su sacerdocio: quita a los cristianos su dignidad bautismal y sus responsabilidades eclesiales.
-          Pero sí puede existir una posible mediación al nivel simbólico, y eso de la manera siguiente:
·         Colectivamente la Iglesia un pueblo sacerdotal en el corazón de la historia de la humanidad. Al negar a la Iglesia el calificativo de clerical, la carta a los Hebreos invita a la misma Iglesia a no presentarse como intermediaria necesaria. Pero, en un nivel simbólico, la Iglesia se presenta como signo de su Señor ya que es su sacramento. Es o tiene que ser, en la vida de sus miembros, una ofrenda agradable a Dios, al ejemplo de Cristo.
·         La Eucaristía es un acto colectivo en que individualmente nos alimentamos simbólicamente de la ofrenda que Cristo hizo de su vida y de su muerte. Esta fe o más bien “este sacramento de nuestra fe” nos configura a Cristo para hacer de nuestras vidas, individual y colectivamente, una ofrenda agradable a Dios
·         Los líderes cristianos nos llevan al único líder que es Cristo. La carta a los Hebreos (13,17) no descarta la responsabilidad ministerial de ciertos miembros para prestar servicios comunicados a toda la comunidad. Mientras la carta niega en la institución eclesial el rol de intermediarios, no prohíbe a los líderes una relación directa con Cristo. Sabemos que existía la imposición de las manos para ciertos ‘líderes’ (Tito, Timoteo, por ejemplo) de las comunidades. Tenían las funciones de recordar a la comunidad la necesidad de hacer memoria de Jesús mediante la fracción del pan, la necesidad del compartir fraterno y la continuación de la misión de Jesús, o sea, del Reino.
Varios teólogos precisan que estos "líderes" no son ni mediadores que sustituirían el Cristo, ni maestros absolutos de los cristianos, ni meros delegados de la comunidad cristiana, sino "agentes" de Cristo sacerdote, ya que el rol de ‘líderes’ parece ir un poco más allá de las intenciones de la carta a los Hebreos.

CONCLUSIONES
Con estas reflexiones estamos desafiados a emprender revoluciones necesarias. Quitar el carácter sacerdotal a los ministerios (episcopado y presbiterado) permitiría:
-          Suprimir la distinción clero/laicos;
-          Cesar de limitar los ministerios a varones solteros comprometidos para toda la vida;
-          Hacer desaparecer la discriminación varones/mujeres en el ejercicio de las responsabilidades eclesiales.
En las comunidades, ya hemos emprendido este caminar desde cierto tiempo. Seamos los ministros de una nueva Alianza que se centra en el Reino de Dios, con sus alegres celebraciones.


F. TODOS CRISTIANOS Y MINISTROS DE LA CONSTRUCCIÓN Y CELEBRACIÓN DEL REINO (Extractos del libro de Xavier Pikaza: “La novedad de Jesús: Todos somos sacerdotes”).
Lo primero en la iglesia es el sacerdocio de base. Y “la gran iglesia, sólo puede entenderse en forma de comunión de comunidades autónomas, que aprenden a celebrar por sí mismas, es cogiendo para ellos sus propios ministros”.
Los bautizados pueden proclamar y compartir el pan por sí mismos, cumpliendo con las palabras de Jesús: “Donde estén dos o tres reunidos en mi nombre… allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18,20). La tradición posterior invirtió la experiencia de Jesús. Ahora, es momento de recuperar el sacerdocio de base. Aun cuando no sea oficial, “siempre que un grupo de cristianos se reúna, de buena fe, en nombre de Jesús, escuche su palabra, e invoque su memoria en el Pan y en el Vino compartidos, podemos y debemos afirmar que existe eucaristía, encarnación sacramental de Dios, por Cristo, Iglesia”.

1. LOS NUEVOS MINISTROS
“Para los nuevos ministros bastará con que sean hombres o mujeres de comunidad que, por vocación personal, carisma del Espíritu y aceptación comunitaria, quieran y puedan servir a la iglesia, sin dejar por ello su vida secular… Y lo serán durante el tiempo en que la misma comunidad les confíe su tarea al servicio del Reino”.
Estos ministros deben saber discernir y decir la Palabra de Jesús, pues la Iglesia no tiene más capital que esa palabra de libertad que escuchan y expanden para compartir la vida en común. Desde ese compartir Palabra y Pan, la liturgia no es un rito separado de la vida, sino el gesto central de la misma, que nos lleva a superar la visión egoísta de la economía y del mercado.

2. LA IGLESIA, PRESENTE ENTRE LOS EXCLUIDOS, COMO RED DE COMUNIDADES
La iglesia trabaja dentro del sistema económico actual, donde aparece la vida más amenazada, introduciéndose como Dios en la historia y expresar su amor gratuito en el amor que los hombres tienen y comparten. De esta manera, manifiesta la vida de Dios, que triunfa sobre la muerte en espera de la resurrección: “Jesús no fue un reformador de instituciones, ni quiso crear un orden nuevo de ritos. Des arrolló la creación, partiendo des de abajo, de los pobres y por eso fue asesinado por los representantes del sistema político-religioso… El tiempo de ciertas instituciones de tipo sagrado y de poder social, creadas posteriormente, se están acabando y desde la raíz del Evangelio, han de surgir nuevas comunidades que empalmen con la primera comunidad del siglo I después de Cristo”.

3. COMO IGLESIA NOS FUNDAMENTAMOS EN LA EUCARISTÍA
La gran iglesia expresó la mutación evangélica en el pacto eucarístico de las diferentes iglesias, cada una con sus ministros y proyectos de Evangelio, pues la misma Pascua les llevaba a la unidad “carnal” de los creyentes, un camino que sigue abierto a todos. La Eucaristía es un momento central de la vida, que vincula a los creyentes en torno a una mesa, en diálogo de afecto y palabra, por encima de diferencias ideológicas y sociales. Es comida y compromiso de entrega personal por los demás como Jesús, en gesto que se abre a todos los humanos.

4. LA EUCARISTÍA, CENA ABIERTA A TODOS
La Eucaristía invita a todos quienes quieran dialogar, por ser una Cena abierta a todos los que quieran participar en ella, situándose así en cualquier lugar del mundo, al servicio de la humanidad entera; es una comida que se comparte y disfruta entre todos.
“El principio universal de la “nueva evangelización” es que tengamos pan y vino, cereal y zumo para todos y que existan, de un modo especial, ámbitos de encuentro hechos de palabra fraterna y comunicación universal directa”. La comida compartida, propia de todos los hombres, queda como signo de comunión, hoy que andan tan divididos, para que puedan sentarse a la mesa de la realidad compartiendo un amor y una esperanza.
La tradición cristiana sabe que el único Dios real es el Amor, revelado como don de sí. Por encima de la Ley está el amor generoso, pues da gratuitamente lo que tiene. La idolatría del Capital nace de la envidia que nos enfrenta a unos con otros, máxima miseria que nos impide saber lo que es amor en gratuidad, centro del ministro cristiano del amor.


5. SOBRE EL PRINCIPIO DEL AMOR SE ASIENTAN TODOS LOS MINISTERIOS
El Pan compartido es el símbolo del regalo que de sí mismo hace cada uno a los demás, para que vivan sin competencia ni violencia agresiva. Cada vez más, surgen personas y grupos pequeños que se sienten llamados a vivir el Amor-Pobreza de Dios, en un des pliegue gratuito de la vida, colaborando a que la iglesia, como institución, deje de operar como un sistema que le procure riqueza y seguridad: “Tras siglos de historia, con brillantes concilios y leyes, organizaciones y doctrinas muy precisas, la Iglesia tiene que desandar ese camino, para situarse de nuevo ante el Dios de Jesús, en gesto de pobreza radical”.
Las comunidades de la Iglesia deben renunciar a los métodos y formas del capital en todo lo que implica edificios, poderes legales, y ventajas económicas, sociales e ideológicas, rompiendo el sistema y regalando sus bienes a los pobres. Así caminarán con los pobres, en generosidad de amor y podrá hablar en nombre de ellos y hacerse fermento y código de humanidad. Abierta así, la Iglesia no tendría necesidad de buscar unos ministros separados de la vida. Desde ese fondo surgirán “vocaciones ministeriales” de servicio evangélico. La Iglesia sólo es verdadera y rica en la medida en que se disuelve como institución en línea de sistema, en favor de los pobres.
Como comunión que es de personas, la Iglesia se alza frente al sistema capitalista con el Amor compartido, utopía de humanidad, anunciando como los primeros ministros el Evangelio, creando comunidades liberadas frente a los riesgos del capital. De esta manera, la iglesia no necesitará buscar dinero para “pagar” a sus ministros (seminario, sostenimiento,…) sino que, como comunidad de Jesús, actuando confiadamente tendrá personas dispuestas, voluntarias y delegadas de las comunidades al servicio del Evangelio.

El cristianismo sin huir de este mundo refugiándose en la interioridad, está dentro de la historia al servicio de la comunión personal de los hombres, gratuitamente, pues nada produce para vender. Su propósito es ser eficiente en clave de gratuidad. La iglesia, que trabaja en términos de recibir, compartir y entregar la vida libremente, se presenta como portadora de los siguientes ministerios:
-          Suscitadora de amor, en plena gratuidad, para bien de todos.
-          Promotora del “nacimiento” humano en profundidad en sí mismo (bautismo) y en los demás (eucaristía).
-          Creadora de humanidad entre quienes están fuera del orden establecido (cojos, mancos, ciegos, pobres, expulsados, sobrantes…) haciéndoles capaces de ver y andar, de acogerse y darse unos a otros.

C O N C L U S I Ó N



Los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, forman el pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo: sacerdote, profeta y rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en el Iglesia y en el mundo: Son “hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia”. Su misión propia y específica se realiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su actividad contribuyan a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio.”
(Documento de Aparecida 209-210).